SAN LUCAS PATRON DE LOS
ESTUDIANTES DE ALCALÁ. Hoy comenzaba el año lectivo
Desde la edad media para atrás
todos los que estudiaban y se afanaban por adquirir sabiduría tuvieron por
abogado a san Lucas. En Castilla y sobre todo en Andalucía fue un santo muy
popular sobre todo en las ferias. Dos consideraciones al respecto:
-
Era médico
-
Pintaba iconos, según la tradición e hizo un
retrato de la maternidad de la Virgen que es el más venerado a fecha de hoy
tanto en occidente como en oriente.
-
Era un judío antioqueno que escribe el evangelio
de los gentiles, guiado por san Pablo, con una prosa rápida y brillante en la
cual se dan los detalles más humanos de la vida del Señor. Pero de su vida se
sabe muy poco.
En la Sorbona se abría el curso
escolar el 18 de octubre y esta costumbre fue tomada por otra de las grandes
universidades europeas, la de Alcalá.
De todos los rincones de
Castilla, Andalucía, Portugal e incluso Irlanda y Escocia se veía trotar por
los andurriales y vías de herradura camino de la vega del Henares a los
estudiantes a lomos de sus pollinos con las artolas rebosantes de libros.
Los más adinerados, los hijos de conde, los príncipes
y los bastardos de los reyes o de los obispos y cardenales viajaban en coche o
carroza acompañados de sus pajes. Los clérigos y los frailes siempre en mula
hacanea o en burro y éste siempre castrado.
Pero en estas doctas caravanas-
va de recua mi dómine, se decía, porque con motivo de la fiesta de san Lucas
algunos presbíteros dejaban sus curatos y se acercaban a la ciudad complutense
para echar una cana al aire con motivo de las fiestas- no faltaban los picaros,
los azotacalles, y como no las ninfas del cantón siempre al husmo de soldados y
de estudiantes.
A Alcalá, putas que llega san Lucas. Tanto
Villon en La Balada de los Ahorcados como el gran Quevedo en El Buscón hacen
juegos malabares y cuentan chascarrillo a costa del más claro y tierno de los
evangelistas sinópticos.
El catolicismo es la única de las
grandes religiones mistéricas que se permite cierto relajo y un poco de sentido
del humor que a los más pudibundos sonará a irreverente. Y es que la vida de
los estudiantes era muy dura.
Siempre lo fue. Abandonaban sus
pueblos e iban a la docta aula complutense a estudiar latines, hierbas, algo de
astrología, geometría y sobre todo música.
Algunos estaban en cañones y se
les veía el pelo de la dehesa pero con el hambre y las travesuras siempre se
espabila. Ser manteado por novato, escupido o ir a dar con los huesos en el
cagadero estaba a la orden del día.
El bueno de Pablillos por
equivocación acaba dándose un baño de mierda en la letrina. Quevedo toma la
idea de Boccacio. El año lectivo comenzaba el día de san Lucas. Era el Michaelmas hasta la Navidad que empezaba
con las fiestas del obispillo.
Las clases se reanudaban por san
Antón (Quinquelmas) hasta la Semana Santa. El último trimestre era el de
Pentecostés que duraba hasta mediados de julio. Los estudios se prolongaban
doce años.
Seis de humanidades divididos en
tres años de gramática, tres de retórica.
Tres de Aristóteles y otros tres de de Teología. Al término de la
filosofía muchos se ordenaban minoristas. Pero no todos seguían la carrera
eclesial. La mayor parte al consumar la teología cangtaban misa y volvían a sus
diócesis o a sus monasterios.
Los médicos y cirujanos no solían ser religiosos.
Pero sí los botánicos y algún boticario. Al graduarse recibían el bonete los
doctores y la orla los bachilleres.
La universidad se componía de doce colegios.
Cada uno se distinguía por una vestimenta especial y el color de la beca que
variaba a tenor con la Facultad o la disciplina que se quería acometer.
Al ingresar en cualquiuer colegio era
imprescindible la sotana, la loba y los manteos del traje talar. Los
estudiantes vestían de negro y las sotanas eran de límiste de Segovia, el
calzón de pana debajo de los hábitos.
Los dormitorios eran corridos o
con camarillas separadas por biombos o cortinas pues muy pocos gozaban de
habitaciones independientes El regimen diario de un estudiante de Alcalá hacia
el siglo XVI era más o menos así:
-
levantarse a toque de campana a las seis en
veranpo y a las siete en invierno
-
al saltar de la cama todos rezaban sus oraciones
de rodilla bajo la vigilancia de un mayordomo.
-
Aseo seguido por la ingestión de un caldo en una
escudilla
-
A las seis y media-una hora más tarde en
invierno- comenzaban dos horas de estudio precedidos por el cántico del
venicreator. El estudio se combinaba con la clase de prima que era la primera
del día. Era lo que llamaban “dar licción”
-
Misa rezada
-
Se almorzaba a las once de la mañana
-
Al mediodía rezo del angelus seguido de una
lección.
-
de canto
y música
-
varias clases hasta las cuatro.
-
A las cuatro y hasta las cinco quiete o
recreación
-
Una hora de estudio
-
A las seis se cena, la comida más fuerte del día
-
De seis a nueve paseo por Alcalá
-
A las nueve se reza el rosario en comunidad
-
Diez de la noche toque de oración y todos a
dormir avisados por el arrullo de la campana en el toque de Ánimas.
Los domingos
y fiestas de guardar no había lección pero preceptivo asistir a la misa cantada.
La jornada se combinaba con paseos y ejercicios de equitación. Los nobles
estaba autorizados a ceñir espada y parte muy importante del currículo eran los
ejercicios de esgrima y de equitación. Para los que iban a ser soldados. Pero
para los tonsurados era muy importante la asignatura de Música.