UXORICIDIOS,
LIBELO DE REPUDIO Y LA Z DE NIETZSCHE
Llevamos bueno
al mes de Febrero. Cochinillo de hebreru, dicen por mi Asturias, con el suo
padre al humero. Se acabaron el tiempo de las matanzas y ahora llegan los
carnavales. Más de uno cogerá alguna longaniza y hasta puede un conejo. -¿Qué
conejos le gustan a vosté de los de así. Entre las orejas. O los de asao. Los
que se cogen por abajo. -De las dos formas. Soy de buen conformar. Bueno pues
el tema es el de siempre: la violencia de género. La maté porque era mía.
Cuernos cerca cuernos lejos que el que me los ponga a mí no volverá a poner
otros en mi concejo. Sabidos cantares del viejo romancero. Historias de
malmaridadas y perniquebradas. Pero no se puede no se puede contra la que
duerme contigo usar el fierro. Y yo que me quería casar con una mocín barbero.
De los álamos vengo, madre, de ver cómo los menea el aire. Ay madre, la mi
madre, mire en qué acabaron esos sueños. En sangre. Eros y Tanatos me parece
que en la mitología griega eran hermanos mielgos. Violencia genérica
uxoricidios. Navas siempre la clava, no paga el hombre pues un blog tal y como
está esto da para pocos trotes y a los viejos reporteros nos arde el fuego de
la pasión que es profesión y uno es un amanuense nada hortera, pero Navas la
clava, siempre acierta; ha elegido la propia palabra para designar este flagelo
que adquiere un monto alarmante, sociedad, políticos, curas, jueces,
magistrados y periodistas de lo rosa y de lo light reflexionen, están jugando
con el fuego. Uno entretiene sus despondencias líricas mirando para el
santoral. El menologio griego y el martirologio romano fueron mis maestros. Se
recomiendan ellos solos. Ponen el casuístico colofón al libro que más he leído:
el Evangelio. Febrero es tiempo de mártires. Miren qué santas tan guapas y qué
santos más bellos. El otro día sin ir más lejos festividad de Santa Águeda, la
bella moza siciliana, abogada de la virginidad y del cáncer mamario, que no
quiso acceder a los deseos del pretor que le tiraba los tejos, abro el misal
cinco de febrero, evangelio de Mateo 19,13-12. Era un delito profanar a una
vestal pero los curiales desde la prepotencia y el sexo romano se saltaban la
norma a la torera. Murió degollada tras el ecúleo, sus tetas se las cercenaron
y las tiraron a lo perros. Un caso, uno de tantos, de la violencia de género.
No pararán ahí las cosas porque días adelante en la epacta del martirologio, a
santa Apolonia la egipcia por la misma causa le serían arrancadas todos los
dientes. Se convertiría por tanto en abogada de lo dolores de muelas en la
mitología cristiana. Todo tiene su lugar y su símbolo sobre el papel. En la
vida real, nada. Sin embargo, el dictamen del Salvador sobre este problema que
aflige a las hijas de Eva en sus relaciones con los hijos de Adán se muestra
inconcuso y concluyente Y dice Jesús: Llegaronse a Él los fariseos tentándole y
diciendo: ¿Es lícito a un hombre por cualquier causa? Él les respondió: ¿No
habéis leído que el que hizo al hombre al principio hizolos varón y hembra y
dijo: por eso dejará el hombre a su padre y a su madre y se unirá con su mujer
y serán los dos en una sola carne? Así que ya no son dos sino una sola carne.
Lo que Dios, pues, juntó ya no los separa el hombre. Ellos con testaron: ¿pues
por qué mandó Moisés darle libelo de repudio y despedirla? Jesús les dijo; por
la dureza de vuestros corazones os permitió moisés repudiar a vuestras mujeres;
mas al principio no fue así. Pero yo os digo que todo el que repudiara a su
mujer sino en caso de adulterio (el adulterio de un cónyuge es causa de
divorcio imperfecto pero no disuelve el vínculo y así ningún divorciado puede
contraer nuevas nupcias, dice el P. Nicolás González Ruiz) y el que se casare
con la repudiada comete adulterio. Dicenle sus discípulos: si tal es la condición
del hombre con la mujer, vale más no casarse. Él les dijo: no todos son capaces
de ello sino aquellos a quienes se les concede. Porque hay eunucos que nacieron
así del vientre de su madre, y hay eunucos que fueron hechos tales por los
hombres, y hay eunucos que se castraron a sí mismos por el reino de los cielos.
El que tenga oídos para oír que oiga”. Mateo inconcusamente también “la clava”
como Navas haciéndose eco del planteamiento de las palabras y el pensamiento
del Salvador. Cristo puede que esté pasado de moda con los árabes no ya a las
puertas de Viena que bien decía el inmortal Cristóbal de Castillejo poeta
zamorano y monje cisterciense que colgó los hábitos por el amor de una alemana
y defensor de Viena frente a los otomanos, soldado del Emperador, “ribaldo y
travieso eres amor en tu perfidia el Turco no se te alcanza”, sino a los muros
de Berlín, controlan la banlieu de París, se muestran orgullosos y vengativos
por las calles de Madrid y en Londres y en Sevilla van a construir mezquitas
acojonantes. Pero sus palabras no pasarán. Estoy seguro de eso. Aquí Jesús lo
expresa bien clarito. Los vínculos del amor son más fuertes que la vida misma y
van más allá de la muerte. Pero es tolerante y misericordioso con la mujer
caída y sin embargo acérrimo con los fariseos a los que no se hartó de
llamarlos raza de víboras, sepulcros blanqueados. Hoy son los que mandan,
tienen la sartén por el mango, controlan la “media” y las prensas, las
planchas, lo alto y lo bajo, lo limpio y lo inmundo y todo lo venden el honor,
la mujer y hasta la camisa. Ellos son un peligro mayor que el islam. Y el Señor
nos dijo duro con ellos. Os podrán quitar la vida pero el alma no os la
arrebatarán. Eso pertenece a Dios. En estos nidos de culebra pone sus huevos la
anaconda que se va enroscando por el mundo en movimientos zigzag. Zetas y eses
que nos ahogan a todos, esparciendo la baba de la mentira, el odio; sé que son
fuertes pero más fuerte será el amor. ¡Hijos de la gran Z! La Z de Nietzsche es
su gran añagaza, su enorme pretexto. En verdad, en verdad os digo. Vasallos de
la gran meretriz. Me despaché a mis anchas y, aunque pecador, tampoco me callo.
-Enmudezca. Chitón, don Veruntamen que me va a despertar a los niños. Usted se
parece a Savonarolla. -El espíritu de este fraile anda ahora por el mundo y la
iglesia después de mandarle a la hoguera (un pecado grande de un papa poco
ejemplar como Alejandro VI) ha rehabilitado su mensaje después de seis siglos y
le ha pedido perdón. Lleva razón la Fallaci en lo que denuncia la operación de
acoso y derribo a Europa para socavar los cimientos de la cristiandad. Pero a
mí me gusta más Papini con su estilo deslumbrante y crudo, uno de los mayores
exegetas del cristianismo, y el mayor biógrafo de la vida de Jesús – en España
todo se lo seguimos debiendo a los italianos el mejor pueblo del mundo y el más
enrevesado, Italia mi ventura- hasta convertirse casi en el quinto evangelista
moderno. Oriana dice en sus libros cosas importantes, descubre una conjura pero
se guarda muy mucho de señalar quién mueve los hilos de la trama, quién está
detrás de esta tenida que para mí de día en día adquiere un carácter más
escatológico. Claro que para eso es judía. Parece ser que la violencia genérica
[el ojo del amo engorda al caballo] está haciendo ricos a los abogados
matrimonialistas, a los reventas de pisos y a los sepultureros, y a los
traficantes de carroña que hoy también son muchos. Castrarse por el reino de
los cielos. Buscar la puerta estrecha. Es una defensa de la continencia. Cristo
hablaba para una Roma entregada a los vicios y donde la promiscuidad era tan
arrasadora que los emperadores tuvieron que promulgar edictos como la ley Popea
para mitigar la oligogonía o poca descendencia de las exuberantes matronas del
Aventino. Con la libertad de costumbres baja la natalidad. Y en defensa de los
eunucos. Los latinos no eran tontos y no querían que les escupieran la sopa. A
los pueblos dominados emasculaban a sus hombres “para que no dieran guerra” y
les traían de esclavos a sus casas. Ataca a la homexualidad cuando es la
resultante de un vicio pero la exime cuando se trata de algo endogénico (lean
mi artículo en contraportadas pasadas sobre Don Arturo y ver la doctrina
oficial sobre la mariconería que ha sido un problema que arrastra desde siglos
el clero y el monacato, allí lo llaman “amistades particulares” para refrescar
la mente con la verdad, nadie se alarme). Los dos enemigos mayores de la
iglesia romana fueron el nicolaismo o la incontinencia y depravación sexual de
los clérigos y la simonía, la usura, el apego a las riquezas. Es más fácil que
un camello pase por el ojo de una aguja que un rico entre en mi reino, etc.
Contra ambos flagelos lucharon los grandes reformadores de la SRI. Cristo se
pronuncia, en cambio, de forma tajante en pro de la libertad y la dignidad de
la mujer. Mujer te doy y no sierva. Ninguna religión avanzó tanto en este campo
como el cristianismo ni el mismo mosaísmo que no resulta tan tolerante como
algunos piensan. Allí hay separación de sexos y las mujeres no pueden rezar con
los hombres en la sinagoga. Cristo es mucho más tolerante en el valor divino de
lo humano. Por eso su religión nos parece la más perfecta a pesar de que el
espíritu blasfemo de Nietzsche. Así habló Zaratrusta. Sustituid lo universal y
verdadero por lo acomodaticio, olvidad la Resurrección y hablad del holocausto,
un hecho circunstancial y dudoso que borre toda la teología de la cristiandad,
el accidente por la sustancia. ¡Viva la moral de circunstancias! Rebelaos
contra el dictamen de Julián el Apostata que dijo una vez mirando al cielo:
-Venciste, Galileo. Han querido echar a Cristo de la historia pero resulta que
Él es la misma Historia. La historia viva. En ese reconcomio llevan más de
veinte siglos. No creo lo vayan a conseguir. Él nos dijo siempre tendréis
pobres con vosotros. Le faltó añadir y pobres mujeres engañadas, maridos
cornudos, asesinos, traidores, embusteros, Judas, temblores de tierra, pestes,
guerras, espíritu de contradicción y otros flagelos, maricones y bolleras,
tullidos, mancos, tarados mentales, negros, gordos fanegas y gentes que no se
cuidan el look, ancianos y viejos desvalidos. Él, que era la culminación de las
perfecciones y que nos dijo ser perfectos como lo es mi Padre que está en los
cielos, siempre andaba por el monte rodeado de borrachos, publicanos y
pecadores y putas. A todos los perdonó. El que esté limpio de pecado que tire
la primera piedra. Sin embargo, no perdonó a los santurrones e hipócritas. Los
pecados contra el Espíritu no se perdonan. Son las contradicciones maravillosas
al borde del ataque de nervios y siempre cerca de la incorrección política
amando al pobre sacando la cara por el perdedor del mensaje mesiánico. Nos
consuela saber a pesar de que no casa ni tiene parangón con el mundo y el
ambiente en que vivimos que Él se quedará con nosotros hasta el final de los
tiempos. “E la nave va”, que diría Fellini. No es una frágil barquilla sacudida
por el viento. Es la verdadera Roca de Israel. Ay de aquellos que levanten la
mano contra una mujer. Sin embargo, bien puede ser que la Gran Meretriz las
haya escogido como verdugas y los sayones de los pretores modernos son enviados
para cortarles la cabeza a sus respectivos. Crece la nómina de los maridos
mártires y eso se siente pero tampoco se ve. Es la punta del iceberg de esta
nueva peste social que dan en llamar violencia genérica. Átame esa mosca por el
rabo. Ahí te las compongas. De todas suertes y aquí el Señor habla con una
crudeza tremenda, la crudeza del Evangelio, hubiera sido mucho mejor castrarse
por el Reino de los Cielos. Eso es lo más perfecto. El wishful thinking, el
desideratum pero Cristo sabía que lograr eso sería imposible. Una meta. Se
trata de una meta no más. Sed perfectos como mi Padre es perfecto. La castidad
hace a los hombres bellos y longevos. Nada que objetar a ese ideario. Pero si
tu ojo te escandaliza arrancatelo y si tu mano es ocasión de pecado o tu brazo
dalo al degüello. Tremendas las palabras del Salvador. Estoy seguro de que si
no me hubiera gustado tanto el alpiste yo hubiera sido un buen cura pero ay
amigo Roma lleva muchos siglos sin haber dado solución a la cuestión sexual de
sus ministros. Lo que no hubiera sido nunca capaz es de vivir una doble vida de
hipócrita y hablando de longanizas y de conejos anteayer iba yo por la Plaza España
y en un paso peatones me encontré con el arcipreste de un pueblo de las
brañas-topónimo no diré se dice el pecado nunca el pecador- colgado del brazo
de una negra. -¿Qué tal don Agapito? ¿A dar una vuelta por los madriles? -A eso
mismo. -Pero no me dirá que la acompañante es su sobrina-le espeto yo con mucho
recochineo. -No. Es una enfermera de una oenegé. -Caray con la nurse. Con una
de esas se me curaban a mí todas las enfermedades. -O agarrarías otras peores,
hijo- contestó don Agapito que de la raya de ahí de pa Galicia y ahí hablan con
mucho ferrete. De Ribadeo para allá son muy guasones y desde la ría para acá,
todos carbayones (no confundir con cabrones que asturiano es el roble por
favor) con bastante cazurrería. -Sí, padre. El cura de la aldea asturiana que
yo me sé y encontré en Madrid de visita ad límina se rió para sus adentros como
diciendo es que no somos todos hombres o qué. Buenas enfermeras se busca el
clero pero al menos paga su tarifa y no como aquel otro arcipreste luarqués
hace unos años que se lió con la mujer del teniente de puesto se vino con ella
a Madrid y el marido los encontró como harina metidos en una hostal de la calle
La Cruz y le pegó al tonsurado tres tiros ni más ni menos. No hay enmienda. Le
convidé a don Agapito pues siempre me cayó bien y a su “sobrina” a tomar unas
cañas en un chigre de la calle Leganitos. Después de todo es un cura legal y un
hombre como dios manda. Creo que hasta el mismo Jesucristo disculparía su
canita al aire pero por favor que no se entere el obispo. Y si se entera ¿qué?
En las curias son especialistas en esta clase de vista gorda y allí sí que rige
la sentencia de si no podéis ser castos al menos sed cautos que ya advertía un
general a sus subordinados don Camilo Alonso Vega que en gloria esté