BLAS PIÑAR
Dígalo Blas punto y
redondo y caudillo Blas tonto el que más. Segundas partes nunca fueron buenas,
aquello ya pasó y de esos polvos estos lodos. Sus seguidores con tanta boina
roja y correaje paramilitar no fueron más que unos vividores instalados en sus
grandes gestos y cobardías.
Conocí al hombre
orador melifluos que a mi me recordaba en su facundia visceral a fray Gerundio
de Campazas. Franco sí. Ellos no.
Son los instalados y
trincones de todo cambio político Era único y yo fui su caballero andante y su corresponsal
por un mundo difícil de la pérfida Albión y la de los Sioux de Norteamerica. Defendí
su pabellón. Regresado a España como un soldado de los tercios viejos deambulando mis mendicidades por los ásperos
caminos de mi patria, me encuentro con esta baraúnda de franquistas y de
franquistas de salón la pela es la pela, egoístas, cretinos, la degeneración de
una España que quiso ser y no fue. Los franquistas me dan arcadas, me dan ganas
de ir al vomitorio. Son bilis negra.
Ahora un tal Rafael
Nieto el cantamañanas de la Inter (si
vuelve la hoz y el martillo se hará comunista y si dicen que Xto fue una fabula
de mentirijillas apostatará, pertenece a la generación del Iglesias para los
cuales lo importante es seguir en el machito) se saca una biografía del gran líder,
quiso ser caudillo pero se quedó en la mitad de un Fuhrer y nos ha quedado esa comparsa
de la Inter de los García Serrano y Peñalosa y Cia siguen meando fuera de
tiesto, haciendo la bombilla, dando coba y jabón a los vejestorios ahí hay todo
un mercado los pisos de los abueletes. Un pastón.
Son los derechazos de
la jarca troglodita, insolente cabal, mostrenca, poco viajada. Se creen el
ombligo del mundo. Blas Piñar era un judío que no dio la talla, se quedó a
medio gas. Algunos como ese Rafa el de la Inter quieren resucitarlo. Descanse en
paz pero yo voy a lo mío. Esta gente me hizo mucho daño. Se presentan como los
salvadores de la patria y merecen vivir en una pocilga pues son los hijos del
mal.