lunes, 18 de abril de 2022
LA PASCUA MÁS TRISTE. EN CONTRA DE UNA ENTREVISTA ENTRE EL PAPA FRANCISCO Y EL PATRIARCA CIRILO
Regreso desde Galicia a mis lares, me saludan las torres de Astorga atravieso las tierras rojas del Bierzo las Médulas donde los romanos extraían el oro. Babia queda atrás ya he tramontado el valle del silencio. Vamos en caravana. La autovía parece una procesión penitencial. Todo el mundo ha salido. Madrid quedó desierto. Es una huida hacia ninmguna parte. Es el exodo de nosotros mismos. Las radios y periodicos españoles nos sacuden como un glagelo mediatico las meninges. Es un bombardeoo antirruso que a mí me irrita porque Rusia es una de esos pueblos que imprime carácter y te suibyuga, la ultrajan, la escupen, la postergan. Ese navío “El Moskva” considerado la joya de la corona de la escuadra RUSA ha sido hundido por un misil diicen que ucranio, pero yo me inclino a creer que el autor del hundimiento fue el carnicero Biden ese carcamal con aires de gorila y sarcástica sonrisa con cara de no haber roto nunca un plato, pero que es un nuevo Nerón, un Calígula del siglo XXI. Los usacos han matado a mucha gente desde que hundieron el Maine en Vietnam, en Corea, en Hiroshima, en Belgrado, en Iraq. Hace ocho años prepararon el escenario de la masacre de Maidan. Crimea y Odesa siempre fueron tierra rusa. Contrataron a ese nazi de Lvod de mamporrero el tal Zelinski que proclama ideas hitlerianas a pesar de ser judío del todo nacionalistas. A sendos lados de la carretera se me aparece esa niña que cruza sola la frontera de Polonia arrastrando los pies, ese soldadito en un hospital destartalado que se fuma un papirosio le acaban de cortar las piernas o esas tumbas con tumulo de tierra en los parques de Mariupol donde gritan la viuda del pobre masacrado transeúnte cuando iba en bicicleta y reclinan flores frescas sobre una cruz de palo ortodoxa. Dios mío, cuanto dolor. Estas pascuas nunca fueron más tristes y dicen los de la COPE que es necesario que el papa Francisco vaya a visitar al patriarca Cirilo para concertar paces entre ambos bandos litigantes. Sería una blasfemia. Ese líder mundialista que viste de sotana blanca es en parte responsable de la guerra de Ucrania y del cisma en Oriente. Hacerle pacificador sería como meter a la garduña a guardar el gallinero. ¿Unas visita despues de bendecir a Biden? Eso sería como crucificar de nuevo a Jesucristo. El argentino actúa en colusión con las potencias del mal. Es un anticristo. Es desgarrador el dolor del patriarca Cirilo por los soldaditos caídos en la defensa de su patria. Aquí el perverso es el que triunfa respaldado por sus padrinos sionistas. Yo le he visto. Lleva la marca de la Bestia sobre la frente. El número 666. sus ojos echan fuego, son los ojos de un enano de corta estatura, un nuevo napoleoncito por cuyas intrigas está muriendo tanta gente. Es una pascua triste. Recito mentalmente el “Victimae paschalelae laudes inmolent christiani. Xtus innocens Patri reconciliavit peccatores. Mors et vita duello mirando conflixere: dux vitae mortuus reganat vivus. Maria quid vidisti in via? Sepulcro Christi viventis et gloriam vidi resurgentem. Angelicos testes sudarium et vestes. Surrexit Christus spes mea praecedet suos in Galileam. Scimus Cjhristus surrexisse a motuis vere. Tu nobis victor Rex miserere. Aleluya."
Esta sublime oración que prorrumpía en mis labios en los alegres dias de la adolescencia aquellas mañanitas frescas de abril que eran dulces de dormir me reconcilian con mi pasado y son un lenitivo al letargo y cansancio que produce el embotellamiento del tráfico saturado, regresamos a Madrid en fila india. Todo el mundo se había echado a la carretera.
Llego a casa y enciendo la luz de los iconos. Le pido al glorioso san Spiridon que Zelinski se rinda y que a Biden le dé un colapso y que ese argentino Culo Magno sea anatema. Es de los que quiere estar siempre en misa y repicando