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miércoles, 31 de agosto de 2022

 

2022-08-31

A MERENDAR CON LOS DE MI CUADRILLA

 


NUESTRA SEÑORA DEL ROSARIO. BUEN DÍA DE VENDIMIAS

 

Por ser la Virgen del Rosario en Villabriga se vendimia por estas fechas todos los años. Y para aquellas parameras nos largamos. Me fui con los de mi cuadrilla. Con los pocos que vamos quedando a merendar a la bodega del Vitines. Es una inmemorial costumbre que por estas tierras heredamos de los vascos.

 

 Cada mochuelo a su olivo y cada paisano con los de su quinta. Y es que por estos tesos somos algo vascos de los que heredamos la tradición de jugar a la pelota, unos juegan a machote y otras las dan a sobaquillo. Añoro mis tiempos mozos. El personal hacía corro en torno a los pelotaris y comentaban las jugadas sin demasiado entusiasmo con  cazurrería castellana.

 

Luego merendábamos. Se reserva el derecho de admisión. No women allowed. Eso es de los moros. También somos un poco moriscos.

 

 Hay este año una cosecha de uva muy superior quizá de mejor calidad que la del año 29 que se la bebió toda Churchill que era un borrachuzo según me cuenta mi amigo Verumtamen que tiene tres majuelos en la heredad que le dejó su abuelo Benjamín.

 

 Quosquetandem, otro de la cuadrilla, otro inseparable, se vino conmigo en el Rover y tardé más en ir a recogerle que llegar al somo pues vive en las chimbambas madrileñas.

 

Algo vale que nuestro anfitrión que es hospitalario y generoso y de buena condición excepto cuando le da por jurar y proferir cagamentos. No se habla con ninguno del pueblo.

 

Vive solo. Se separó de la mujer y se dedica al viejo arte de la agricultura. Tiene las obradas como aconsejó Columela, bina los barbechos y sus viñas están de buen año porque podó, arrejacó y capó por las fechas señaladas.

 

Allí estábamos esperando a la puerta la bodega con un cuarto de asado. Tampoco faltaba el escabeche de cubillo. Y casi una cántara de vinillo de la ribera, algún que otro casco de cebolla para ir aplicando el saín, hecho un brazo de mar. No lo ahorcan por menos de cien millones y pesa doce arrobas según él dice.

        -Venga pa acá.

-        Buen día para vendimiar. El sol sacude de lo lindo y pica la mosca.

-        Ojos de vendimiar ponéis agüela. Parecéis venir ernecidos. ¿Es que no os dan de comer en Madrid?- dijo muy aforístico el bueno de Verumtamen. Es su nombre de pila Víctor, pero le decían Vitines y como anduvo para cura y colgó los hábitos poco antes de cantar misa se le conoce por Verumtamen. Ni que decir tiene que es un buen latinista y que no pisa la iglesia desde que suprimieron el latín. Dice la misa en casa y reza solo. Lleva siempre dos rosarios. Uno en el bolsillo y otro en la mano. Celebra por eso siempre la gran fiesta de la Virgen de octubre y canta los laúdes de Nuestra Señora del Rosario.

-        Allí nada sabe tan bueno como aquí con la fresca bajo la sombra de los chaparros.

-        Grandes lujos no os puedo ofrecer, pero comer de lo que haya. Os invito de corazón.

-        Eso ya lo sabemos, Vitines. Que no te has caído de un guindo y te conocemos desde hace más de cincuenta años. ¿Te acuerdas de cuando, arremangada la sotana, jugábamos a la pelota en el frontón del seminario?

-         Detrás de la pared estaba la pantalla del cine Cervantes. Y nosotros espetabamos con gana aquella pelota dura como una piedra y forrada de piel de gato y decíamos ahora le doy en el sombrero a Gary Cooper y a la Garland que sale un poco descocada en tó el escote. Venga saca.

-        Éramos muy nobles pero muy brutos.

-        Ah tiempos que no volverán- dijo Quosquetandem nostálgico.

-        Pero nos queda el vino.

-        Sí el vino es traidor como las mujeres. Pasan a gusto, pero luego se te suben a la cabeza los dos. Las mujeres dan tarazón al espíritu y el vino cagalera. La calidad de este está en relación con las cosas del vientre. Las buenas mujeres y el buen vino te dejan un cuerpo cojonudo. Te limpian por dentro.

-        Y algunas te limpian la cartera.

-        No me digas que te vas a los puticlubs, Quosque. Ah pecador, pecador… Qué asco – dijo nuestro anfitrión amenazante.

-        Qué asco más rico. Tú ya ni fumas ni bebes ni lo otro. Mala señal. Pronto la palmas. En tu librillo de papel de fumar saliote hoja roja.

-        Todo con moderación. Virtus in medio est que nos decía el bueno de don Fausto.

-        Dicas, dicas in sermone latino… dicas enim.- decía aquel buen capellán de las monjas que nos enseñó la poca filosofía que sabemos. Ponía una coda de énfasis en la palabra enim, que significa, por tanto, pues o sin embargo.

-        Pues al agua como buey y al vino como rey. Lo que pasa es que hay veces que la norma no se cumple.

-        Ya lo decía el clásico. A los libros aliquando (alguna vez) A las mujeres quotidies (de tarde en tarde) pero al vino siempre. Ad vinum semper.

-        Nos estamos poniendo muy filósofos, chavales. Accipiter, no fumes.

 

Había sacado yo mi pipa y Verum me la apagó de una guantada apenas prendí la cazuela del chisquero con la cachimba casi me la apaga de un manotazo. El fumador empedernido se había transformado en un abogado de la vida sin humo. Le prometí que iba a dejar la cigarra. Pero después.

        -Eso ya lo llevas diciendo más de cuarenta años.

        -Oscar Wilde decía que dejar el tabaco es lo más fácil. Lo difícil es perseverar.

        -Como en todo.

 

Se estaba bien allí en la ladera donde están horadadas las bodegas, con sus puertas de pino cubiertas de hollín y un aspecto tétrico que parecían como si los ojos de Baco se hubieran puesto a espiar al pueblo observando sus borracheras. El vino nos hace inmortales.

 

Tres tractores cargados de uva bajaban por la cuesta Los Carros. Racimos y colgajos se amontonaban en los cuevanos que atestaban el remolque en un bamboleo o undamaris de rabillos y de colgajos que eran el comedero de las avispas de octubre camino del lagar.

 

Allí les esperaba una partida de emigrantes búlgaros a los que se les había ajustado para pisar el fruto. Tambien había rumanos. Una chica en vaqueros mientras cantaba una canción en su lengua tracia hacía el tonto en lo alto de un carromato ofertando uva a los dioses. Octubre llega cargado de mosto y de colmazón. Buenas vendimias nos dio Dios.

 

A la puerta de la bodega se nos hizo de noche hablando de nuestras remembranzas. Verumtamen que se ha vuelto de costumbres muy morigeradas levantó el campo. Luego en su casa nos invitó a café con gotas de orujo. Era la hora de partir. Él tenía que hacer la novena de las animas y rezar el rosario.

        -¿No te casas, Verumtamen?

        -¿Quién yo? No jodas. Ni loco. Solo se está muy a gusto.

        -Hombre a lo mejor estas mozas que han venido del Este son buen partido. Ya sabe el dicho gallo viejo pollita nueva.

 

De regreso a la capital Quosque y yo seguimos hablando de lo raro que era el Vitines para algunas cosas. De sus manías, pero era un buen chaval. Pasamos una bonita tarde de vendimias. Era Nuestra Señora del Rosario. Al año que viene otra vez aquí como lo habitual. Al año que viene Dios dirá. Octubre. Octubre. Los campos serenos bajo un sol melado. La tierra aguarda la lluvia.

 

miércoles, 31 de agosto de 2022

miércoles, 24 de agosto de 2022

 

ISABELA

 

El mundo tiembla acongojado bajo la mirada del Hijo del Sastre de Lvov ojos apocalípticos, el infierno de una sentada the sound and de fury y yo me paso por Medina para honrar a mi reina. Isabel siempre será para mí la reina santa, no la canonizarán y menos en la actualidad con ese rabino argentino que se ha colocado la tiara sobre sus inmundas sienes.

 Isabel de Castilla la viril femineidad. Voy cantando por el camino la vieja letrilla del epitalamio ¡oh aquellas bodas que depararon la unidad de la patria, aunque quede sólo Gibraltar!:

“Flores de Aragón

Que en Castilla son

Tanto monta, monta tanto

Isabel como Fernando”

Ya no queda nada de aquella España heroica pues de noche lo mataron al caballero la gala de Medina la flor de Olmedo.

La gran plaza de Medina sale a saludarme. Un rabino monta guardia en el pulpito al aire libre de la catedral sombra aciaga y vigilante. La estatua de la Reina ha desaparecida o la han puesto en los trascorrales del convento de la Teresona.

Ya expliqué en mi libro quien era aquella supuesta en mi libro “Teresa la judía conversa”. Mis sueños de unidad y armonía se fueron abajo ante la estatua decapitada.

Siento ganas de llorar y presiento la llegada de tiempos de iniquidad. El rabino en lo alto del balcón de la cristiandad no cesa de mirarme e increparme con su voz ronca de fumador borracho. Es el Hijo del Sastre de Lvov arengando a la humanidad propalando mentiras.

Sobre Europa soplan vientos de furia y de fuego. Arden los campos en este lugar donde con dineros de Haceldama se pagaron las guerras de Flandes. Dinero llama dineros. Aquí fue inventada la letra de cambio a ritmo de un trabalenguas que decía: ciudad por ciudad Lisboa en Portugal. Villa por villa Madrid en Castilla y tanto por tanto Medina del Campo.

 Aquí murió. Aquí otorgó testamento la Viril Femineidad. Recuerdo cuando llegué a Inglaterra mi pobre suegro que paz descanse míster Graham Hugh me puso en las manos la biografía de Isabella de Walsh y desde entonces no he dejado de leerlo. Me fascina este personaje. Fue una española carismática cifra y compendio de la catolicidad. Gracias a ella medio mundo habla español y reza el Credo de Nicea. Mas sobre ella crujen los anatemas de la inquisición judaica esgrimiendo las heces de su vomitorio infernal. Los ojos de Zelensky fulgores de venganza que piden sangre contrastan con los de esta mujer carihonda tapada con un velo que destilan quietud y serenidad. Son enterizos. Inspiran paz. Nada zahareños.

El mandamás ucraniano mira para el mundo con ojos de serpiente de cascabel heraldo de la guerra nuclear. Me pierdo en la biografía de Walsh y veo a la reina rubia jugar al corro de las patatas con Beatriz de Bobadilla su amiga inseparable en el patio de armas de Arévalo. Aprender latín con la Galindo, cantar romances, tejer sobre el obrador y la rueca, llorar ante la tumba de su hijo Alfonso muerto en la flor de la edad. Observando llena de piedad los borceguíes manchados de su hermano Enrique comentando gozosa los deslices amatorios del cardenal de España cuando éste presenta a sus hijos bastardos. Ocho mozos y tres mozas Mendozas:

─Ya veo, ya los bellos pecados de Su Ilustrísima.

O echándole un rapapolvo al primado Carrillo esa mala bestia con mitra partidario de la Beltraneja. Dijo la reina:

─Quiero ver a los obispos en pontifical. A los caballeros prevenidos en frontera y a los ladrones en la horca.

Desmochó las torres de los castillos de los nobles levantiscos, echó a los judíos que tenían acogotado al pueblo mediante la usura. Descubrió América y por sic esto fuera poco conquistó Granada 777 años después de la invasión musulmana. Las palabras de aquel abencerraje lamentándose por la perdida de la Alhambra siguen siendo un eco lúgubre en la historia de España. ay de Alhama.

Sigo leyendo la obra de Walsh que me legó mi suegro Mr. Graham Hugh, aunque no sea un libro políticamente correcto porque en Inglaterra y en España las dos naciones que amé son reinos y baluartes del judío errante y Zelenski vuelve a ser aquel moro energúmeno Warfe que descolgó el cartel colocado en un golpe audaz del Ave María en la mezquita de Granada. El caballero se llamaba Hernando Pérez del Pulgar.

 Ya no quedan capitanes así en esta España sin pulso y sin cojones. Medina del Campo es un aduar con multitudes silenciosas que han dejado de ir a la iglesia a rezar y acuden a los grandes almacenes de Alcampo con el mismo fervor religioso igual unción comercial con que sus antepasados acudían a misa cuando las campanas de la iglesia mayor repicaban gordo. Tanto por tanto Medina del Campo Sea esta mi jarcha un lamento por la estatua de la reina Isabel degollada y profanada.

 

miércoles, 17 de agosto de 2022

 

MI ENCUENTRO CON ANDRES LAGUNA EN SALAMANCA AUTOR DEL LAZARILLO

 





PADRE TORMES RIO DEL IDIOMA. PA SALAMANCA LA BLANCA ME VOY HORIZONTES DEL LAZARILLO

EN MI MIRADA

 

Salamanca la blanca quien te mantiene. Cuatro carboneritos que van y vienen. Me encamino por los pasos de mi juventud aquella novia que tuve en Salamanca. Un pueblo Bogajo y aquella casa a pupilo donde tuve el dolor de tripas. Toda mi vida padecí de estreñimientos y yo creía que tenía cáncer. Los toros, las fiestas, las capeas de Vitigudino vistas desde el balcón. Fue conmigo generosa la fortuna aquel verano. Sigo siendo pobre como mi héroe epónimo el bueno de Lázaro de Tormes un hijo del arroyo como yo pues nació en una aceña. Crucé el puente de mi destino y le hurgué en la barriga al toro de Guisando por saber si dentro había algo. Y no había nada. La caracola del alma estaba vacía. Las aguas del río padre de nuestro idioma bajaban lentas y silenciosas. Al otro lado de la ribera unas lavanderas enjabonaban a una estrella perdida entre cantos ancestrales y reverencias. Sólo ruido y el gran coscorrón del puto ciego que me dio con tal fuerza contra la piedra que por poco me deja la testa hecha astillas. Desde entonces despabiló el Antoñito.

─¿Lázaro, estas ahí? Sal fuera. Caíste en el garlito por gilipollas

las carcajadas del fementido invidente rebotaban sobre las ond



as del río que arrastra la fuerza de nuestra lengua. Un torrente de palabras. Las nereidas y las ninfas que vio Garcilaso salieron a pasear, aunque yo no las viese. Sólo divisaba los cuerpos robustos de las encinas mollares al otro lado. Los toros de lidia que pacían cerca del cascajar mirábanme con ojos enigmáticos. Algunos tenían ya más de siete hierbas. Toda una vida para morir en el albero de una plaza pero la vida es torear. Una vaca torionda mugía llamando al ternero perdido. Los patos se solazaban nadando entre los carrizos, los fresnos y ailantos que sombreaban las dos vertientes. Quedé maravillado al ver cruzar el puente romano a un viejo que llegaba con una cachava de Segovia y un libro en la mano. Venía resoplando sudoroso por el camino. Había hecho el viaje desde Alcalá a Salamanca. Adiviné que era clérigo por el bonete de tres puntas y la borla doctoral. Un grupo de estudiantes se le acercó a besarle la mano y le llamaban "domine" y "magister". Aquella tarde de agosto vísperas de la fiesta solemne de la Dormición de Maria el padre Tormes me permitió en aquella visión conocer al autor del Lazarillo que no era otro que el doctor Andrés Laguna el médico del emperador Carlos V. no se atrevió a firmarlo por miedo a la Inquisición.

Fícele profunda reverencia. Y él me reconoció:

─¿Cómo te va la vida, Antonio. Sé de tus muchos padecimientos porque revelaste para la historia que el lazarillo no era anónimo. Que el autor era yo. No te hicieron caso y hasta se mofaron de ti y te llamaron loco de atar. España es tierra de inquisidores. Son los que mandan y dominan en todos los ámbitos de nuestra existencia en literatura en política, en las artes. Mala raza enaltecida por la soberbia de los que se creen elegidos. Altanería y odio judío. Es una maldición que arrastramos y los peores son los de Segovia. Nunca serías profeta en tu tierra. Tampoco lo fui yo. A mi quisieron quemarme por malquerencia la casa que tenía en Mozoncillo.

─Maestro, decís verdad, pero con estos bueyes hay que ir a arar ─ repuse

─¿Bueyes dices? No son bueyes duendos ni mansos castrados sino auténticos mihura

quedé muy reconfortado por la aparición. Don Andrés el cual se dirigía a cantar vísperas en la catedral cojeaba algo, sus barbas eran de plata y la nariz roma.

 Me dio su bendición y me recomendó perseverancia y nada de desalentarse. Se lo agradecí profundamente.

El Tormes río caudaloso, que nunca se seca en verano y acarrea más agua que el Duero, que parece su afluente, pero unos llevan la fama y otros aportan el agua, fue testigo de nuestro encuentro.

 Muy solaz y agradecido por las palabras del maestro Laguna que bajó desde una nube para contármelo me metí en uno de los muchos garitos con que cuenta Salamanca y yo recuerdo con nostalgia cuando cortejaba a Charo pedí un jarrillo de tinto y me lo bebí entero a la salud de Lázaro de Tormes protector de todos los vagabundos y de los que profesan la libertad sin libertinaje. El héroe epónimo que parió la imaginación de aquel humanista segoviano que nos recomendó tener paciencia ante las adversidades.

 

jueves, 18 de agosto de 2022


miércoles, 3 de agosto de 2022

 MATEO ALEMAN Y SU OBSESIÓN CON LOS SOLLASTRES LOS GUISANDEROS VEEDORES BOTILLEROS Y PINCERNAS

Y OTRA GENTE DE LA SISA

 

Leyendo a los clásicos me doy cuenta de que la naturaleza es inmarcesible. Cambian los tiempos, nuevos inventos, otros políticos, pero el hombre sigue igual. Ha empezado el farragosto y en Madrid nos torramos en la canícula. Cuarenta grados al tostadero. La prosa de Mateo Alemán sigue tan fresca como el agua de un botijo chorreando vida española cuatro siglos atrás. Si Quevedo no podía ver a los sastres el autor del Guzmán de Alfarache la emprende contra los cocineros y rancheros guisanderos y pirulos que preparaban las grandes cenas de palacio de las cuales estaban las sepulturas llenas. Si viviera ahora le daba un pasmo, la alta cocina logra los primeros puestos de la estima social. Está entreverada con el dinero. Ahí tenemos a Aguiñano el vasco cuyos chistes no soporto y sus platos menos a ese catalán de la cara cuadrada de Master Chef que da de comer a los famosos y entretenidas de la tele. Los españoles andan de buen año. Llenan la andorga y pregonan sus exquisiteces culinarias. Antaño sólo manducaban tasajo sopas de ajo algún rábano y los judíos adafina. Nos hemos vuelto sibaritas golosos y dados a la ociosidad que es madre de todos los vicios. La gula cuenta con grandes predicadores y para algunos es un sacramento. Andamos confundidos en behetrías y acariciando a la gata de Venus que se nos escapa del regazo cuando escucha la carrera de un ratón sobrancero. Por la tele habla el quico es un grandísimo bellaco y los periódicos de la MSN mintiendo más que hablan sobre la guerra de Ucrania no dejan raso ni velloso. Pero ya lo decía Hipócrates. esto no es nuevo. Ars lunga vita brevis, las apariencias  engañosas y el juicio difícil. Deme usted cuarto y mitad de criadillas señor Carnicero, a ver si se me empina que los tengo flojo… A lo mejor es la próstata… no, no es la próstata que fui al urólogo no más de un mes, téstome las cañerías, están bien. Es tedium vitae. Abulia. Pocas ganas de vivir… Anímese, hombre que tocamos a siete y una tuerta… ya.

La sollastría era oficio vil. El más ínfimo de la escala en el Madrid de los Austria pero ahora ya ves. Los grandes cocineros se han hecho millonarios. Reparten el bacalao de la crisis. Esas señoras del estrado son el querer y no poder. Sueñan con bañarse en la fuente de la fama pero Diana no les deja y para hacerse notar duermen con un solo pie en lo alto del campanario como las cigüeñas y las grullas. Es lo que le recomiendo amigo para salir de la crisis vista de halcón paso de buey diente de lobo y hacerse el bobo