TROTERAS Y DANZADERAS
Antonio Parra
“Han llegado irlandesas” escribe
Quevedo en carta a un amigo. El autor de los Sueños era buen espadachín. Su pluma a veces sarcasmo
químicamente puro cortaba igual que un estilete. Y debía frecuentar los garitos, abundantes en
Madrid casi desde sus comienzos. Cuando habla de la casa donde no se come ni se
bebe en las Zahurdas de Plutón creo que estaba aludiendo a la Casa del Tócame
Roque. Este lugar en la villa era toda una institución. Tenía muchas puertas y
era difícil de guardar. Lógico. Estuvo abierta y funcionando al lado del
mercado de San Antón hasta bien entrado el siglo XIX. Era casa de chispas y de
chisperos. Fragua del viento. Brasas encendidas del amor airado.
Yo creo que el que quiera controlar la
prostitución en este Madrid castillo famoso quiere arar en el mar. Ponerle
puertas al campo. Claro es que entiendo en parte los bandos del alcalde
Gallardón y los buenos arbitrios y desvelos de la señora Botella para meter en
vereda a los clientes de estas pobre magdalenas que en este mundo pecador han
sido, fueron y la que te rondaré morena pues eso no tiene solución.
Ahora bien muy cierto es que Madrid se
ha convertido en una gran casa del Tócame Roque. La quemaron los franceses y un
dos de mayo de aquel falansterio salió todo el heroísmo de la exaltación
popular que alzó a España contra Napoleón. Majas y chisperos peleando contra
los mamelucos y polacos de Murat. Y Agustina de Aragón todo el temple y
paradigma del espíritu nacional acabó sus días mal después de haber tenido que
ejercer en Barcelona el oficio más viejo del mundo. España a veces es
desagradecida a veces con sus mejores hijos pues eso está ya en el Cid. Castilla
face sus hijos y los desface. ¡Dios qué buen vasallo si hubiese buen señor!
San Agustín defendía a las meretrices
diciendo que ellas son un poco el baluarte de la república. De niño oí decir
que el cariño ni se compra ni se vende. Un axioma que he encontrado falso para
mi desilusión al correr de los años pues hoy todo tiene un precio y el puterío
mayor no sale a la calle a hacer la carrera sino que se encierra en los altos
aposentos del poder. Cristo bendito andaba siempre rodeado de publicanos y
pecadoras. Magdalena fue la única mujer por la cual se dejó tocar. Sólo Pedro y
ella tuvieron el privilegio de lavar los pies al Salvador. Los fariseos y
sacerdote, los puros, los incontaminados, toda esa gente que dan en llamar de
buen tono y de bien -los políticamente correctos- los que a lo mejor no se van
de putas en su vida o, si echan una cana aire, no lo harán concejeramente sino
en el mayor de los recatos, tienen mucho más peligro. Que no se diga. Que no se
sepa. Si no pueden ustedes ser castos, sean al menos cauto recomendaba el
general Camilo Alonso Vega a los guardias civiles, recibieron del Señor todas
las reprobaciones. Les llamó raza de víboras y sepulcros blanqueados. Con una
sentencia libró Jesús a una pobre mujer de ser dilapidada por los judíos. El
que esté libre de pecado que tire la primera piedra. Y a ellas las liberó.
Amasteis mucho pecaseis menos. Los hervores de la naturaleza a veces son
incorregibles
Izas rabizas y colipoterras. Ninfas
del canto y del cantón, daifas puñeteras, saludadoras del amor que trotan y
danzan castigando el firme de las aceras. Contoneos y meneos de diguidón. Madre
mía qué retaguardia. ¿Y todo eso es tuyo, nena? Ya ves compañero todo me lo dio
Dios. Y si Él nos lo dio y no nos lo quitó es para que lo pongamos en
circulación. Vale. Vale. Ya estamos Cuando yo iba a trabajar me las encontraba
en el camino al pasar por la calle la Cruz. ¿Qué subimos un ratito? No, prenda;
hoy no que ando algo alcanzado de tiempo y de dineros. Otro día. Me pedían un
cigarro y se lo daba y ellas lo que me daban a mí era compasión. Claro que las
troteras y danzaderas del Fontán ovetense y de la galdosiana calle la Cruz pues
ya había allí un convento cárcel de amor en el siglo XVI nada tiene que ver con
esos monumentos que se ven por Madrid en los pródromos de la vigésima primera
centuria.
¿Y que será que el lenocinio se sitúa siempre
frontero o al costadillo de las iglesias, las ermitas, las catedrales y las
casas de oración. Este fue el caso por ejemplo de la calle del Caballero de
Gracia hermoso reclinatorio y humilladero católico donde el Santísimo está
expuesto doce horas al día pues en tiempos hasta que se convirtió el caballero
que la donó a los frailes fue casa a la malicia. Debe de ser su sino pues por
allí siguen pasando las “reinas” de la calle La Montera.
Y la Casa de Campo es un escándalo.
Horrísono espectáculo aunque las hermosas Venus negras traídas desde Nubia las
pecadoras hijas de la Reina de Saba la que hizo pecar a Salomón, pupilas rubias
de Afrodita, llegadas desde Rusia con amor del otro lado del Amazonas y al sur
del Niger nada tengan que ver con aquellas cantineras de A mí la legión que yo
conocí pero nunca probé cuando estaba en la mili más que por virtud todo sea
dicho por miedo a coger unas purgaciones. Cuando estábamos en el Fijo de Ceuta
ni las hacíamos caso.
El ejercito español es una tradición en
nosotros llevaba una retaguardia de estas princesas consuelo de los guerreros.
Hasta cobraban dietas por los desplazamientos cuando la tropa iba de
maniobra. Aquellas las pobres eran feas.
Sin embargo estos arrimos de las eslavas que trotan por las orillas del lago de
la Casa Campo nada tienen que ver con aquellas “madres” de nuestra juventud. De Echegaray o el Cerro la Plata.
Ama y haz lo que quieras. Cristo
bendito las condonó la deuda porque los pecadillos del amor siempre se
perdonan. Los que se cometen contra el Espíritu Santo esos ya no. Vivimos
angustiosos tiempos de pressura gentium no sirve darle vueltas. Son los días de
la Gran Meretriz. Se va arrastrando la Gran Culebra. Pero estas pobrecillas
mujeres que vienen a España engañadas a mí me parece que no pecan. A veces
pienso que la peor fornicación no es la del cuerpo sino la del corazón como
la de los fariseos. La de las feministas
montunas con ese espíritu contumaz de odio al hombre. De destrucción de la
familia. Ellas pecan contra el Espíritu porque profanan el sagrario del amor.
Él se quedó con nosotros hasta el fin
de los siglos. Siempre tendréis pobres. Y putas se sobrentiende. Ay magdalenas
de mi vida y me corazón. Yo también os perdono pero a esa tía que sin serlo o
sin parecerlo es la gran daifa del desamor quae
in cáthedra pestilentiae sedes y que me llamo buey ayer por la mañana, pues
tampoco. Y buey soy. Bos mutus como
el Angélico al que me gustaría parecerme de alguna manera. Y me hace la vida imposible convirtiéndome en
blanco de todos los dicterios (el espíritu del odio es mucho más temible que el
de la fornicación) a esa creo que no la perdonaré. Que te perdone dios o doña
Ana Botella. El poder toca moqueta. Les tengo mucho más miedo a esa señoras con
aire pudibundo que parece que no han roto un plato ni echaron un polvo en su
puta vida pero que nos están jodiendo mentalmente a todos, no paran de joder en el mal sentido que tiene
en castellano este verbo constante en labios españoles, que a todas esas
mercenarias y esquineras de cantina. Tirso ya lo decía. Si la naturaleza les
hubiera dado armas a las mujeres no sé lo que sería de la humanidad. Don Tirso
de Molina que como buen fraile conocía el percal - y estos conocimientos no los
adquirió en el confesionario sino por otros caminos- sabía bien lo que se decía
y yo le entiendo aunque nunca me considero un misógino. No se refería a estas
pobres magdalenas generosas hasta lo indecible pues ofertan su cuerpo y acaso
su alma en la entrega los siete dones de la mujer. Sino a esas feministas que han
renunciado a ser madres pero hacen tortillas, pústulas del odio. Su flujo
vaginal empaña la vida y llena el mundo de miasmas. Funcionarias de vía
estrecha, gente de viso en apariencia y siempre por la derecha. Se acerca un
tiempo de purificación. Van a andar muy pronto más derechas que un huso. Esas
son las putas que más me preocupan. No las de la Casa Campo ni las de la
Montera. Han llegado irlandesas, rusas, japonesas, polacas, colombianas,
polinesias. Madrid es un revoltijo de ninfas del amor. Hijas mías de mi vida.
Nunca me pude imaginar que cupiesen tantas en tan poco sitio. Su número debe de
superar las doscientas mil, pero ellos son el testimonio de la gran
conspiración, el señuelo de los negreros y de las mafias explotadoras que
trafican con carne joven y fresca. A esos mirlos era a los que había que meter
mano. El trato torpe es fómite. Se peca y propaga cual la peste. Pero el cohen
internacional y globalizado es muy listo. El trato torpe mueve millones y
millones y ellos cantan en un nido y empollan los huevos en otro. Saltan de
país a país. Hoy no hay fronteras.
Hipócritas, taimados, raza de víboras
que clamáis contra la prostitución de las pobres mujercilla que este invierno
se arrecirán por la Gran Vía. Sin embargo, nada decís de las de alto standing.
No hay más que echar un vistazo a nuestros periódicos. Los anuncios de masaje
son el fundamento financiero y fuente de ingresos por publicidad de las
publicaciones españolas. Y de los curas ya ni se hable. Para ellos quedaron
reservados los mejores bocados. Acabo de leer los Diálogos de Mercurio y Carón
que junto con la Lozana son una verdadera prueba de que Roma pudo ser la gran P
Putana que deslumbró a Lutero y
habiendo consultado los archivos de Arévalo allí queda constancia de que en
nueve parroquias que había en la villa todos los nueve párrocos, arciprestes,
excusadores y coadjutores todos tenían moza. Criadas jóvenes y cojonudas.
Algunos de estos clérigos ni lo disimulaban siquiera. No la llamaban ama. La
decían la parienta a secas y sin ningún rebozo.
La cosa no tiene enmienda. Ay Señor.
Señor. Izas y rabizas. Hijas mías de mi vida reinas absolutas de mi corazón.
Visitar ermitas. Recorrer monumentos. Doña Ana del alma mía Botella y botellón. Gallardón con su cupiditas
aedificandi y el Faraón que quieren quitarnos las buenas para que nos vayamos
con las malas. Pues en verdad en verdad os digo que la mayor casa de putas está
en nuestra televisión. Y ahí tenemos a media tarde cuando los niños vienen del
cole a la Schilichting de la Cope haciendo hablar a la sexóloga de erecciones,
de sexo anal y de múltiples copulaciones o de la masturbación en general. Con
condón. Jope y esa emisora la pagan los curas. ¿Sepulcros blanqueados? Tanto no diría yo pero que existe una doble
moral sí. O que la moral ha cambiado. Antes era todo pecado. Ahora todo vale.
Son los tiempos de la Gran Barragana que reina con su cetro de desamor sobre el
escabel del dinero y la lujuria.
Kyrie, eleisón. Amén